Editorial

La cultura es el espacio natural donde la sociedad dialoga, disiente, se reinventa y de algún modo constituye al propio ser social; es decir, funciona en el marco de la sociedad civil donde la influencia de las ideas, las instituciones y las personas se ejerce no a través de la dominación política, sino a través del diálogo y del consenso ciudadano. Por tanto, si hay un espacio donde debe anclarse la democracia y el desarrollo de los hombres y mujeres es precisamente en la cultura.
Lo que es significativo no es tanto su contenido, como el hecho que se comparta. Esas representaciones comunes ofrecen una cierta preorganización del mundo, un mapa compartido con el que orientarnos. La cultura es al mismo tiempo memoria común (una misma lengua, una misma historia, unas mismas tradiciones) y un conjunto de reglas que permiten la convivencia (convenciones sociales, códigos de conducta).
Las democracias del futuro tienen una de sus pruebas más decisivas en su capacidad de desarrollar la cultura para así contener a sociedades cada vez más plurales. Una democracia es más potente, al contrario de lo que a veces se afirma, no cuanto más consenso tiene, sino cuanto más conflicto es capaz de contener, contando con medios para lidiar esos conflictos, reconducirlos al marco común de convivencia. En la misma línea, podemos decir que no es más fuerte un estado cuanto más homogéneo culturalmente sea, sino cuanta más heterogeneidad cultural sea capaz de contener. Ese será uno de sus valores esenciales. De no avanzar por esa vía, los incentivos a la desarticulación social crecerán.

Mtro. Luis Fernando Ruz Barros

viernes, 23 de enero de 2009

15 DE ENERO

Martha Sotomayor, artista que nace en la ciudad de México en 1949. De una basta y rica tradición artística, que lo mismo se nutre de la exuberante belleza del trópico, como de la pureza de los indígenas de nuestra raza enclavados en la sierra madre y siempre con la gran influencia de la pintura del maestro Diego Rivera. Sotomayor ha optado por seguir la brecha de los grandes la pintura mexicana en su temática aunque no en su morfología. La paleta de Sotomayor enriquece con la introspección con la que realza a sus personajes. En Altas Montañas, obra circular de 23 cuadros, Sotomayor recoge parte de su trabajo y se suma al reconocimiento general de la naturaleza y el torrente de color que de nuestra cultura emana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario