Editorial

La cultura es el espacio natural donde la sociedad dialoga, disiente, se reinventa y de algún modo constituye al propio ser social; es decir, funciona en el marco de la sociedad civil donde la influencia de las ideas, las instituciones y las personas se ejerce no a través de la dominación política, sino a través del diálogo y del consenso ciudadano. Por tanto, si hay un espacio donde debe anclarse la democracia y el desarrollo de los hombres y mujeres es precisamente en la cultura.
Lo que es significativo no es tanto su contenido, como el hecho que se comparta. Esas representaciones comunes ofrecen una cierta preorganización del mundo, un mapa compartido con el que orientarnos. La cultura es al mismo tiempo memoria común (una misma lengua, una misma historia, unas mismas tradiciones) y un conjunto de reglas que permiten la convivencia (convenciones sociales, códigos de conducta).
Las democracias del futuro tienen una de sus pruebas más decisivas en su capacidad de desarrollar la cultura para así contener a sociedades cada vez más plurales. Una democracia es más potente, al contrario de lo que a veces se afirma, no cuanto más consenso tiene, sino cuanto más conflicto es capaz de contener, contando con medios para lidiar esos conflictos, reconducirlos al marco común de convivencia. En la misma línea, podemos decir que no es más fuerte un estado cuanto más homogéneo culturalmente sea, sino cuanta más heterogeneidad cultural sea capaz de contener. Ese será uno de sus valores esenciales. De no avanzar por esa vía, los incentivos a la desarticulación social crecerán.

Mtro. Luis Fernando Ruz Barros

miércoles, 4 de marzo de 2009

11 DE MARZO



Esta es una historia inconclusa. Intervienen muchos factores. El escenario es uno de los edificios más antiguos de Veracruz, donde ocurrieron extraños acontecimientos y en el que se albergaron, durante casi cien años, miles de huérfanos y ancianos.
Está escrita al calor que despertaron las referencias, la vida y las observaciones de Adelita Guzmán, quien se fue por el camino sin retorno, pero cuyo recuerdo existe en muchos hombres y mujeres de los cuales cuido y ahora son padres y excelentes trabajadores. Ella fue rectora cincuenta años.
Este libro tiene también parte de leyenda y de cuento. Recogió la conseja popular y las anécdotas de los trabajadores del legendario Hospicio Zamora.
La obra esta dividida en capítulos, cada uno podría ser un libro lleno de experiencias, estímulos, añoranzas, desilusiones, alegrías y esperanzas, aunque todo esto es pasajero, porque solo había un objetivo en el lugar: resolver los problemas de la niñez veracruzana
Este libro es un poema de amor a la infancia, porque es en ella donde se canaliza el verdadero espíritu del creador.
En el trabajo se presenta un esfuerzo por mantener vívida la memoria de aquel viejo Hospicio Gutierrez Zamora y como un homenaje a la señora Adelita Guzmán y para quienes participaron de aquella grandiosa institución de beneficencia.
En las líneas que le dan forma, también implícito va un mensaje para los hombres del mundo que trabajan por la niñez y la juventud, especialmente la que se encuentra sola y desamparada.
Reeditar y rescatar la obra ORFANDAD del Mtro. Antonio Salazar Páez ha sido una tarea satisfactoria para la Dirección de Cultura del Ayto. de Veracruz, es por eso que les participamos de una invitación para que nos acompañen el miercoles 11 de marzo en punto de las 19 hrs en el histórico Recinto de la Reforma.

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