Editorial

La cultura es el espacio natural donde la sociedad dialoga, disiente, se reinventa y de algún modo constituye al propio ser social; es decir, funciona en el marco de la sociedad civil donde la influencia de las ideas, las instituciones y las personas se ejerce no a través de la dominación política, sino a través del diálogo y del consenso ciudadano. Por tanto, si hay un espacio donde debe anclarse la democracia y el desarrollo de los hombres y mujeres es precisamente en la cultura.
Lo que es significativo no es tanto su contenido, como el hecho que se comparta. Esas representaciones comunes ofrecen una cierta preorganización del mundo, un mapa compartido con el que orientarnos. La cultura es al mismo tiempo memoria común (una misma lengua, una misma historia, unas mismas tradiciones) y un conjunto de reglas que permiten la convivencia (convenciones sociales, códigos de conducta).
Las democracias del futuro tienen una de sus pruebas más decisivas en su capacidad de desarrollar la cultura para así contener a sociedades cada vez más plurales. Una democracia es más potente, al contrario de lo que a veces se afirma, no cuanto más consenso tiene, sino cuanto más conflicto es capaz de contener, contando con medios para lidiar esos conflictos, reconducirlos al marco común de convivencia. En la misma línea, podemos decir que no es más fuerte un estado cuanto más homogéneo culturalmente sea, sino cuanta más heterogeneidad cultural sea capaz de contener. Ese será uno de sus valores esenciales. De no avanzar por esa vía, los incentivos a la desarticulación social crecerán.

Mtro. Luis Fernando Ruz Barros

martes, 3 de febrero de 2009

26 DE FEBRERO

Recorro, expectante, la obra de una hacedora veracruzana: Hilda Verde Arteaga… El sentido de la vista va quedando inundado de elementos que nos son propios: México, color, mar y carnaval: Veracruz y su algarabía.
A través de esta Exposición Hilda recorre y une entretejiendo, casi inadvertidamente, temas que se abordan en nuestro puerto y nos envuelve por fuera y dentro, porque ella logra capturar tenues sonidos, aromas marinos, la introspección del arlequín, la sensualidad tropical y el colorido destellante del carnaval convertido en una Algarabía Carnavalera.
Aludo a la espléndida fuerza con que Hilda logra atrapar para nosotros un caracol que parece querer contarnos secretos marinos, deslumbrándonos en toda la belleza de su estética, logrado esto por la autora, al dejarse fluir y hacer un excelente empleo del acrílico texturizado.
Puedo apreciar que, así como es sutil al transportarnos y ligar los temas, con pasos firmes, dejando huella, cobra personalidad y fuerza su trazo, el volumen, los tratamientos de su temática, la obra tal como el Sol va inundando el mar, el cielo, la atmósfera, en una espléndida alborada, hoy vemos el amanecer de Hilda en su primer Exposición individual y estoy cierta que por el talento que posee, hoy aporta, y tiene mucho para seguir enriqueciendo a la plástica veracruzana.

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